domingo, 17 de marzo de 2013

17 de marzo ~ ♥

Quiero volver a ser esa pequeña niña inocente que se creía todo.
Esa que les tenía un pánico terrible a los tiburones.
Esa que una vez soñó que se la comía un tiburón y estuvo días llorando.
Esa que no tenía huecos vacíos en el corazón, huecos que ahora han dejado personas que se han ido, y que por más que lo intentes, no van a volver nunca.
Esa que lloraba por tonterías como tener que bañarse antes que su hermano, o no poder tomar una Coca-Cola en el almuerzo.
La que tenía una única preocupación: pintar sin salirse de la rayita.
La que pasara lo que pasara, tenía una sonrisa dibujada en la cara.
A la que engañabas con la típica broma de: "tengo tu nariz" y se enfadaba por eso.
La que tenía cosquillas en sitios inimaginables.
La que dijo "Pikachu" como primera palabra.
La que con tan solo cinco años dijo: "Pero papi, si cierras las ventanas, nos vamos a quedar sin aire"
La que comprobó que las papas fritas con Nocilla no tenían futuro.
La que por unos instantes estuvo debajo de una televisión, o con una flauta en la garganta.
La que se motivaba por terminarse el potaje antes que su hermano.
La que sonreía sin parar cuando se medía y había crecido un centímetro o dos.
La que se ponía kilos y kilos de maquillaje por toda la cara y pensaba que estaba guapísima.
La que se ponía un vestido rosa, unos tacones de Barbie y una corona de plástico y se sentía princesa.
La que se creía los: "eres la niña más bonita del mundo" que le suele decir su familia.
La que quería un perrito desde los dos años.
La que soñaba con ser profesora.
La que con cinco años tenía unas ganas inimaginables de aprender a leer y a escribir.
La que cada día reía por cualquier motivo.
La que ignoraba lo que los demás pensaban de ella.
La que cada día se guardaba un poco de comida del comedor en el bolsillo, para poder recordar lo que había comido ese día en el colegio.
La que ignoraba el daño que te puede hacer cierta gente.
La que pensaba que la vida era un cuento de princesas con final feliz.
La que creía que ser mayor era divertido.
La que solo quería crecer y hacerse mayor.
La que quería ser igualita a su hermano.
La que creía que en la vida todo el mundo era amable y buena persona.
La que no tenía la palabra “dolor” ni “vergüenza” en su diccionario.
La que se ponía unos tacones de su madre y jugaba a ser profesora, o a que tenía cinco o seis hijos.
La que le decía a su madre: "Mami, ¿jugamos a que tú eres mi madre y yo voy con mis hijos y mi perro a visitarte?".
La que le echaba la bronca a sus Nenuco por portarse mal en su clase.
La que muchas veces jugó con su madre a las casitas.
La que por su cumpleaños solo pedía muñecas y le ponía cara de asco a la ropa que le regalaban.
La que cada vez que se compraba un helado acababa con la camiseta del color del helado.
La que pensaba que ya era mayor cuando dejó la chupa.
La que se reía con Epi y Blas.
La que cantaba con Mickey Mouse.
La que cada día venía del colegio con plastilina bajo las uñas.
La que solo se despertaba temprano si se iba de excursión con el colegio.
La que pensaba que la vida iba a ser un camino de rosas.
Quiero volver a ser esa personita feliz, o tal vez, lo que quiero es disfrutar de la vida, como hace una niña.

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